jueves, 9 de abril de 2009

Partidos históricos. Albacete - Granada [25/02/1990]



Tras un par de entradas, volvemos a la ronda de partidos que hicieron historia con un encuentro de la temporada
1989-1990, entre el Albacete y el Granada. Estamos en la vigésimoquinta jornada de Liga en el Grupo IV de la Segunda División B, y pese a ello el encuentro era tan decisivo que tenía los tintes dramáticos de una jornada final de Liga.

Escudo del Granada C.F.

Se enfrentaban Albacete Balompié y Granada Club de Fútbol, los dos primeros clasificados en ese grupo. Antes de ese partido, nuestro equipo era líder destacado con
40 puntos y... ¡16 positivos!, mientras el Granada era el segundo clasificado, con 35 puntos a 5 del líder, un Albacete que, coincidiendo con la llegada esa temporada de Floro acompañado de jugadores como Corbalán, Manolo, Chesa, Menéndez... más otros que ya estaban en el equipo como Antonio, Catali o Parada, se estaba paseando en el grupo con una autoridad cercana a la tiranía.

De 24 partidos solo había perdido dos, frente al Melilla en casa por 0-1 y otro frente al propio Granada (1-0) en la primera vuelta. Además el equipo desplegaba un fútbol que no se ha vuelto a ver jamás en el Carlos Belmonte. Los que vieron a ese equipo afirman casi de manera unánime que es el equipo que mejor ha jugado al fútbol de la historia del Alba, y que desplegaba mejor juego que el que subió a Primera, el que acabó séptimo en su debut en la División de Honor o el de César Ferrando.

Un fútbol sin concesiones desde el minuto cero, con un conocimiento impresionante de los rivales, un juego extraordinario por las bandas, y una utilización de la estrategia genial. La prensa nacional comenzaba ya a elogiar a este equipo que iba cercenando récords a medida que pasaban las jornadas.

El equipo saludando a su afición tras una de sus exhibiciones

Y llegaba el Granada, el segundo clasificado, por lo que un triunfo daba casi el ascenso al club manchego. Por ello se vivió una expectación sin precedentes en la historia del fútbol en la capital. Una fiesta que se prolongó desde cuatro días atrás, cuando se pusieron a la venta las localidades, que se fueron terminando de manera casi automática, venía además gente de muchos puntos de la
Región a ver al equipo representativo de la comunidad, como Cuenca o Toledo, y de otros puntos de España, así como ciudadanos de muchos pueblos de la provincia. Todos querían ver al equipo que estaba batiendo todos los récords superar su reválida más complicada.

También había, en el caso de los más forofos del Alba, un deseo de venganza por la injusta derrota en
Los Cármenes en la primera vuelta, con un penalty que no fue. Llegaba ese domingo, 25 de Febrero de 1990. El partido estaba programado para las 18.00, más tarde que el horario habitual de las 16.30 o 17 horas. La ocasión lo merecía. El ambiente en la ciudad fue tremendo durante todo el día, banderas, bufandas, coches tocando el cláxon, algo casi inédito en nuestra tierra. Además los 600 seguidores llegados desde la localidad granadina ponían la nota de color en nuestras calles.

Tres cuartos de hora antes del encuentro podía decirse que el Estadio estaba lleno a rebosar. Gente y más gente por todos lados, subidos a las torres de electricidad, subidos al tejadillo del viejo marcador, en las viejas pistas de atletismo, y en los Goles, entonces sin asientos, se apelotonaban hordas de aficionados, así como en pasillos, platillos, escaleras... no cabía ni un alma!


Gente subida a las torres de iluminación

No cabía un alma!

Pudo haber ocurrido más de una tragedia, afortunadamente los dioses, además de ayudar al equipo a ganar partidos a veces, evitaron una auténtica catástrofe. El club confesó un aforo de 14.000 personas, que nadie se creyó, tal vez para no ser multados. Se pudo llegar muy bien a los 20.000 espectadores en realidad. Antes de saltar los jugadores al terreno, se producía un "estreno mundial" en nuestro estadio. Era un himno, que sustituía a otro muy vetusto, de los años cuarenta, que tuvo muy poco tirón, que se encontraba anticuado, y que casi nunca sonaba en megafonía (adelante jugadores, que estamos los seguidores, esperando nuevamente la victoria, decía) El nuevo himno estaría compuesto por el cantautor albaceteño Casimiro Ortega, autor de temas autóctonos como "tiene sabor Albacete", o "no soy poeta"

El cantautor albaceteño Casimiro Ortega (tiene sabooor Albaceteeee....)

Este compositor plantea la posibilidad de realizar un nuevo himno a un directivo del club, que le da orientaciones históricas para realizarlo. En una semana Casimiro ya tiene escrita la letra y la música. Además realiza este trabajo gratis y renunciará luego a los derechos de su composición, que van a parar a las arcas del club.
Se graba en los Estudios KS de Barcelona con once músicos de estudio profesionales. Cantan 10 hombres y una voz femenina, dobladas con las técnicas de la época para que parecieran el doble. El ambiente que se oye es grabado en un partido real, llevando el "revox", un aparato muy voluminoso para grabar voces, al Estadio.

Pero este esfuerzo mereció la pena, el himno gustó mucho, y además se convirtió en el talismán del Alba, ya que acompañó al club en sus mejores días, hubo momentos en que no había bar de copas, restaurante o coche que no llevase el himno puesto. Fue un auténtico fenómeno, y se estrenó en este partido, en una megafonía horrible.


Centrados ya en lo deportivo (como se oye tanto en estos negros días actuales para el Alba), este fue el fantástico once que puso en liza
Benito Floro; bajo palos, Rodri, defensa de cuatro para Coco, Quique, Monfi y Menéndez, mediocampo para Catali, Patri y Manolo, y en punta de lanza los dos Antonios (Maya y López Alfaro) junto a Pedro Corbalán. También actuaron Parada y Cabrero.

Por el Granada, el técnico
José Enrique Díaz puso este once: Antoñito, Mediavilla, José Manuel, Osa, Quique, Rosa, Herrera, Píriz, Merayo, Andrés y Pardina, jugando también Julio y Cristóbal.

El arbitraje correría a cargo de un hombre que luego arbitraría mucho tiempo en
Primera División, el extremeño Carmona Méndez.

El partido comenzó con un
Albacete no tan brillante como en otras ocasiones, desde luego el Granada no le iba a dar nada de "cuartelillo" y se lo iba a poner muy dificil, pero no contaron ni con Antonio ni con la formidable estrategia a balón parado del maestro Benito Floro, que en el minuto 19 volvió por enésima vez a dar sus frutos apetecidos. Lanzaba la zurda de oro Menéndez, y mientras la bola estaba en el aire, los rematadores del Alba salieron corriendo hacia el segundo palo, despistando la atención de los defensas sobre Antonio, que cabeceó totalmente solo al fondo de las mallas en el primer palo. Una estrategia impepinable, de la que casi no se había visto en el fútbol nacional ni mundial. Era dificil entonces ver un gol a la salida de un córner... hasta que llegaron Floro y sus muchachos que tan bien ejecutaban sus ideas.

El portero del Granada agarra el balón

Había gente en la grada que esperaba la goleada, pero el Granada no era cualquier equipo, y controló el juego, hizo ocasiones y osó dominar al lider como nadie se había atrevido a hacerlo hasta entonces. Y al filo del descanso, en el
minuto 44, el defensa José Manuel, ex-jugador del Castilla, hacía la pared con Merayo y disparaba con la izquierda mordido, fatal, como un infantil.

Pero el caso es que el buen portero del Alba
Rodri aquella tarde estaba hecho un manojo de nervios, superado por las circunstancias, y se le resbaló la pelota de entre sus dedos como si fuera un enorme y esférico cubito de hielo. El Granada, había encontrado premio a su constancia gracias a Rodri, un buen portero que a veces tenía fallos imperdonables, y que se turnaba en la titularidad cada dos partidos con Oliver, otro avance del visionario Floro, que así conseguía tener a los dos cancerberos contentos y en óptimas condiciones. Se llegaba al descanso con empate a uno, y la gente que abarrotaba las gradas no las tenía todas consigo.

Maya lucha con José Manuel

En la segunda parte, el
Albacete intentó, con su enorme calidad y esfuerzo habituales desnivelar la balanza, y el Granada empezó a dar palos como si no costara. Las tanganas y las tarjetas empezaron a ser cosa habitual, y esto les conveía mucho más a los granadinos, que se veían cerca de la proeza de empatar en casa del mejor equipo de la categoría y seguir teniéndole a cinco puntos.

Manolo, como todos los buenos, fue de los que más sufrió la dureza del Granada

Pero otra vez, no contaron con Antonio, que iba a hacer uno de sus mejores goles, de los "solo" cerca de 300 que metió con el Alba. Solo faltaban ocho minutos para el final, y de nuevo el laboratorio Floro que funcionaba. Colgaba el balón Patri, ese excepcional, sacrificado y olvidado centrocampista que se perdió los años con los grandes del Albacete, ya que incomprensiblemente no le renovaron, cabeceaba hacia atrás con suavidad el gitanito Antonio Maya, lo único que hizo en ese partido, y llegaba el otro Antonio, siempre Antonio, sin ángulo y forzadísimo, parecía que la pelota se iba a ir por la línea de fondo, pero el de Iniesta logró impactar el balón con el exterior del pie sin que llegase a caer al suelo, y lo clavó en la portería a un metro de altura del césped.

Un impresionante y dificilísimo gol que desataba el jolgorio en las gradas y daba medio ascenso al Albacete. Se juntó el domingo de Carnaval y los disfraces con la fiesta total en toda la ciudad. El Alba acariciaba la categoría de Plata.

Antonio ve como entra su gol

Oficialmente lo hizo en
Mayo, al ganar 5-2 al Marino, pero oficiosamente se subió ese día. También ese día los corazones de muchos albacetenses hasta entonces agnósticos con el Alba se rindieron a ese increíble equipo, y encima a este éxito se le puso partitura. Una jornada inolvidable, y solo era el comienzo de lo mejor, de un permanente idilio de la ciudad con su equipo de fútbol.

1 comentario:

setegranadinista dijo...

Soy socio del Granada, y ese dia estuve en El Carlos Belmonte.Mis recuerdos, aparte del repaso que nos disteis, es muy bonito. Recuerdo la gran traca cuando salieron los equipos, el ambientazo en la ciudad, el campo a rebosar, la importancia del partido, ya sonaba benito Floro...
Yo era un niño de 10 años. Fuí a Albacete con mi padre, que en paz descanse,el que me dejó el amor a mis colores rojiblancos.
Visité a mi familia manchega y por la tarde al campo. Impresionante.
Recuerdo de la cantada nuestro portero en el segundo gol.¿o fue el primero?
Me encantaría tener imágenes de ese partido, porque también forma parte de nuestra historia.
Ese año lo conseguisteis vosotros, y despues a subisteis a primera...
Creo que este es nuestro año, y espero pronto poder rememorar estos momentos mágicos, que en el fondo son los que nos llevamos.
Muchas gracias por la crónica, y os deseo mucha suerte, de un granadinista.