martes, 30 de septiembre de 2008

Pretemporada 1989-90. El gérmen de un éxito (I Parte)

Como nueva entrada de este blog vamos a repasar el verdadero germen de los hechos por todos conocidos, que llevaron al Albacete Balompié a ser un equipo reconocido en el ámbito nacional e incluso en el internacional. Pero no vamos a hablar del primer ascenso a Primera División, ni tan siquiera del momento del alirón en el Grupo IV de Segunda División B el año anterior.

Todo el mundo ubica el día 9 de Junio de 1991 como el gran día en el que Albacete y el Alba comenzaron su particular y largo idilio con la elite futbolística nacional, y es verdad que fue una fecha inolvidable, pero solo fue la cúspide de años de trabajo bien hecho. Este artículo trata básicamente de situar, cronológicamente, la pretemporada y preparativos del primer año de Benito Floro en el Albacete Balompié. Para ello debemos irnos al año 1989.

1989 empezaba muy mal para el Albacete Balompié. Ya el día de año nuevo el Albacete caía ante el Cartagena en el Estadio (0-1) y durante ese mes se fueron concatenando los tropiezos (empates ante Eldense y Torrevieja en casa y derrota en el Municipal de Marbella por 3-1). La directiva decidió entonces relevar de su puesto a Pepe Carcelén, que había cogido al equipo en Octubre, en puesto de Nemesio Martín Montejo (Neme), cesado tras una vergonzosa derrota ante el Alcoyano en el recinto deportivo albaceteño (1-3).

Moyano vino precedido de gran fama, pero se desesperaba él y desesperaba a la afición

La directiva buscaba un revulsivo que parase la trayectoria descendente del equipo, con 7 negativos y penúltimo en la tabla, solo “superado” por el
Nules C.F., colista todo el año. Y lo encontró otra vez más en Julián Rubio, un técnico experto en sacar a muchos equipos y en especial al Albacete de situaciones comprometidas. Hubo que pagar una ingente cantidad de dinero al C.D Maspalomas, equipo al que entrenaba, pero el técnico de Montealegre logró evitar el temido y casi seguro descenso de manera holgada, borrando cinco negativos (los dos negativos fueron endosados por el Atlético Marbella en la penúltima jornada ya sin nada en juego) y siendo aclamado por la afición.

Julián Rubio recibiendo el calor de la afición y de sus jugadores, tras salvar al equipo

Se especulaba con la continuidad de Rubio, sobre todo por su amistad con Rafael Candel, y porque era un ídolo entre la parroquia albaceteña, se decía también que su futuro estaba en Sevilla (el club sevillista es la otra gran pasión reconocida del de Montealegre), pero acabó finalmente firmando por el Recreativo de Huelva, que militaba en Segunda División.

El Albacete, entonces, de manera muy rápida, e incluso bajo la recomendación del técnico saliente, contactó con otro técnico desconocido para el gran público, pero que ya sumaba muchos éxitos en la categoría: Benito Floro, cuyas últimas dos grandes campañas en Játiva primero y luego en Villarreal no pasaron desapercibidas para los dirigentes albaceteños. Así, la primera semana de Julio, solo una semana después de concluir la Liga, el Alba ya tenía nuevo inquilino en el banquillo.

Benito Floro y Rafael Candel, el día que el técnico fue presentado

Benito Floro comenzó entonces una considerable limpieza para cambiar el fondo de armario del club manchego. Se rodeó del antes mencionado Carcelén como ayudante y de Ginés Meléndez como preparador físico. Comenzaron los refuerzos: el primero de todos fue Sanchiz, procedente del Saguntino, y luego vendría el portero Rodri, con una acreditada valía en las categorías inferiores del Real Valladolid y procedente del Burriana.

Luego fueron presentados prácticamente de una tacada el portero Oliver, el defensa central Quique, y el lateral diestro Sancho (todos ellos viejos conocidos de Floro en el Olímpic de Játiva), el guipuzcoano Patri y Corbalán (Levante), y Menéndez (Lorca).

También vendrían nada menos que tres refuerzos procedentes del Villarreal de la mano de Floro, como eran el defensa central Monfi, el prometedor mediocampista de 19 años Chesa y el interior derecho, pero que también podía actuar de segundo delantero Manolo, hombres que habían realizado una fenomenal campaña en el conjunto castellonense.

Como vemos, la mayoría serán, con el tiempo, nombres absolutamente cumbres en la historia del Albacete Balompié, lo cual habla bien a las claras del enorme acierto de la directiva a la hora de planificar la parcela deportiva.

Pedro Corbalán celebra un gol

Por tanto, el equipo iniciaba su pretemporada con una imagen totalmente cambiada respecto a la temporada anterior; solo permanecieron en el equipo algunos jóvenes pero ya curtidos en la categoría canteranos (Antonio, Catali, Parada y Cifo), otro canterano que debutó con Rubio la campaña 88-89 (Coco), y dos veteranos que darían el toque de experiencia necesario, Mariano Hernán y Tolo. También permanecían en aquel momento en la plantilla el mediocampista José Luis Cabrero, el defensa Quesada y el lateral rodense Huedo.

Destacaba, por último, la presencia de canteranos, algunos con experiencia en el primer equipo, como Fermín, Marchante e Ignacio.

Con estos mimbres el Alba hacía la presentación oficial en el Carlos Belmonte el jueves 27 de Julio de 1989. Según las crónicas, fue un acto muy sencillo y con poco público. El equipo realizaría la pretemporada en Albacete, saliendo a disputar partidos contra equipos de la provincia y algunos compromisos por cesión de jugadores, pero esa es otra historia, que continuaremos en el próximo capítulo.

El equipo que se presentó ese día en el Carlos Belmonte

Continuará...



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